Esta ya la vi

junio 2, 2025

Por Antonia Plubins
Diseñadora Narrativa by Cadem

Después de varios remakes de películas clásicas –muchos de ellos considerados “fracasos”- la nueva versión de Lilo y Stitch parece no solo haber roto con la mala racha de los live action de Disney, sino que haber logrado algo extraño: éxito. 

Llegando a la taquilla tras el fracaso de Blanca Nieves, con grandes sospechas de seguirle los pasos, recaudó $361,2 millones a nivel mundial en tan solo 5 días en cartelera, rompiendo récords y superando todas las expectativas. 

¿Será porque finalmente hicimos las paces con la idea de que los remakes llegaron para quedarse, o se deberá por completo a la fama del experimento 626? 

De cualquier manera, no es novedad para nadie que los últimos años los remakes, reboots, spin-offs, secuelas, precuelas, entre muchas –muchas- más, se han tomado la industria del entretenimiento. Y aunque parezca una tendencia “reciente”, la verdad es que, como explica el académico Matthew Jones especialista en cine, la práctica de rehacer películas no es nueva ni exclusiva de nuestra época. De hecho, los remakes han estado presentes desde los primeros años del cine —posiblemente desde 1896— y lo realmente interesante no es que existan, sino que, su aparición ha sido siempre cíclica: hay momentos en los que proliferan más que en otros (2021). 

Entonces ¿cuál es la diferencia? Que hoy parece ser todo lo que hay. O al menos así se siente, probablemente porque estas nuevas entregas llegan cargadas de polémicas, generando más ruido y presencia que las nuevas entregas originales. Las mismas obras apostando a ser más nuevas, más relevantes, más “al día”, más grandes, más -mucho más- largas y por sobre todo… más rentables (Maglione, 2025).  

La industria vive de estos refritos y hemos visto de todos los tipos* con muchos más por venir; como la nueva entrega de Viernes de Locos, el live action de Moana, o las nuevas series de Narnia y Harry Potter.  

Pero no solo se trata de revivir títulos antiguos, sino que también de estirar historias que parecían haber llegado a su fin o retrasar esa conclusión indefinidamente: Moana 2, Frozen 3, Zootopia 2. Pero muchas veces el efecto es el contrario y esa apuesta, cada vez más evidente, empieza a costar caro: tramas que se diluyen, personajes que pierden profundidad y audiencias que, simplemente, dejan de mirar.  

El fenómeno se repite tanto que ya se ha vuelto un juicio común entre las audiencias: “Should have ended a long time ago” (Reddit)  

¿Estamos atrapados en un loop de historias conocidas? ¿por qué hay tantas? Y ¿por qué no se detienen? 

Podríamos pensar que este auge responde a una falta de ideas, pero la verdad parece estar más ligada a una fórmula segura: menos riesgo, más retorno. Un remake ya tiene su base de fans, su nostalgia acumulada, su merchandising probado.  

Películas que nacen desde lo conocido, crean franquicias audiovisuales que apelan a la audiencia ya construida haciendo uso de la nostalgia y el sentido de pertenencia como un motor emocional que puede mover grandes masas, en una cultura donde lo conocido se impone frente a la sobreoferta y la saturación de contenido (Bohnenkamp, et.al, 2015). 

En ese contexto, la propuesta de Lilo y Stitch parece haber sido clave: no intenta ser demasiado, no se agranda ni busca épica o relevancia extrema. Simplemente, se mantiene fiel a lo que ya era entrañable. Según el crítico Joel Poblete, esa contención fue lo que marcó la diferencia: la película no es ambiciosa como otras producciones de Disney. Apuesta por algo seguro: Stitch. 

El carisma, la conexión emocional con el público y la presencia constante en el merchandising de Stich, lo han convertido en un ícono más allá de la película original. Y en parte esta popularidad masiva es la que impulsó a todos sus fans a ver la nueva entrega de la película. 

Pero si bien la nostalgia y las altas expectativas alrededor de personajes ya conocidos atraen a grandes audiencias, también pueden intensificar decepciones y provocar conflictos. Es como lo que estamos viendo con de The Last of Us. El domingo pasado cerró la segunda temporada con un 55% menos de audiencia que la primera y terminando con un rating de 6. en su último capítulo, después de haber alcanzado ratings de 9.4 y haberse mantenido sobre 8 en todos sus capítulos de su primera temporada (IMDB, 2025). 

Según Forbes, una de las causas principales de este declive estaría en las decisiones narrativas que optaron por alejarse significativamente de la historia original del videojuego, introduciendo cambios que no todos los fans recibieron de buena manera (2025). Es más fácil defraudar a una audiencia que llega con grandes expectativas, que una que no sabe que esperar.  

Chile tiene su propio nicho de remakes presentes en el mundo de las telenovelas. Lo hemos podido ver en la reaparición de clásicos chilenos como El Señor de la Querencia o la nueva apuesta del Mega: *Nuevo* Amores de Mercado. 

El escritor y guionista chileno José Ignacio Valenzuela menciona en su libro Taller de Escritura de Telenovelas que la venta de los derechos de historias de este rubro puede llegar a tener consecuencias en el desarrollo del género de la telenovela, debido a que el televidente puede llegar a cansarse y dejar de sintonizar, ya que el género comienza a perder su magia.  

“El hecho de que se produzcan remakes y se dejen de lado las nuevas historias conllevará a la extinción del género, ya que, para atraer audiencia y crecer con los tiempos, este medio debe evolucionar y no mantenerse estancado en el pasado.” (Valenzuela, s.f) 

Al igual que como señala Daniella Scott en un artículo para Cosmopolitan: cuanto más se obsesiona Hollywood con los remakes, menos espacio queda para ideas nuevas y arriesgadas (2021). 

Quizás, en tiempos donde todo se rehace, lo verdaderamente nuevo no esté en las historias que nos cuentan, sino en las formas cada vez más sofisticadas —y rentables— de vendernos lo que ya conocíamos. 

—————– 

*En el basto universo de terminologías hollywoodense se pueden destacar los siguientes tipos de media que siguen y siguen apareciendo en cartelera:  

  • Remake son aquellas nuevas versiones de una obra ya existente que se mantienen en el mismo medio (juego de gemelas 1961 y la versión de 1998).
  • Reboot suele referirse a el reinicio de una franquicia, donde pueden darse cambios en la historia original o en los personajes, como las infinitas versiones de Planet of the Apes. 
  • Adaptaciones que implican convertir una obra de un medio a otro, como una novela o un juego a una película, como la serie de The Last of Us. 
  • Secuelas y Precuelas, distinguidas al ser en teoría historias nuevas son cuales anteceden o suceden a su película original, como las cinco entregas de Toy Story o las 10 de Fast and Furious. 
  • Spin-off suelen ser principalmente series son historias que derivan de la obra original. Puede enfocarse en personajes secundarios, historias paralelas, o eventos que no se vieron en la original. Como la serie de Joey, spin-off de la serie Friends. 
  • Live Action en teoría no son una categoría en sí misma, sino que son consideradas Adaptaciones con “espíritu” de Remake ya que la mayoría son la misma historia, pero cambian el formato (de animado a realista), lo cual implica ajustes visuales, tonales y de guion.

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